¡Ah, qué rico!: El Café Cubano

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La

 jornada laboral comienza temprano para muchas personas alrededor del mundo y los cubanos no somos la excepción.  Pero hay una bebida casi divina que nos quita el sueño instantáneamente y nos hace encarar el día con ánimo y esperanza: el café.

Con su intenso color negro, sabor fuerte y olor penetrante, el café cubano hace es una inyección de energía vigorizante. Forma parte de la rutina diaria en los hogares de la Isla y es preferible tener el estómago vacío por la prisa que irse de la casa sin el “calorcito” y el punto entre lo amargo y dulce del café.

No solo en Cuba, también internacionalmente el café cubano es reconocido por su gran calidad y como parte de la  idiosincrasia y cultura del país. Las personas que visitan el “Verde Caimán” señalan esta infusión entre sus gratas bondades.

El café llegó a Cuba a finales del siglo XIX motivado principalmente por inmigrantes franceses provenientes de Francia y Haití, los cuales con depurada técnica y paciencia convirtieron la exportación cafetalera (sobre todo en las provincias orientales) en el principal renglón económico de la Isla, por un tiempo superando incluso al azúcar.

Los cafetales se convirtieron entonces en verdaderas unidades de plantación casi independientes y autosuficientes en las que se vivía para sacar adelante el producto con todo el sacrificio y tenacidad que este exige, pues las recogidas de café se realizan en zonas montañosas y coincidentes con la temporada de lluvia.

Asentado ya en la sociedad el café ha continuado seduciendo a los cubanos hasta la actualidad y formado parte de su cultura e idiosincrasia. No hay razón de poca importancia para hacer café, desde la llegada de amigos hasta la típica frase de “Oye aquí no se ha hecho café hoy”, cualquier motivo es buena excusa para “sonar un cafetazo”.

Lo mismo sucede cuando transcurre la jornada y no hemos podido tomarnos ni una tacita de café por falta de tiempo y resignados decimos “He estado tan ocupado que no he podido tomar ni un cafecito”, y como posesos asaltamos la cafetera de nuestra cocina al legar a casa.

Todos lo disfrutan a plenitud, los niños desde pequeños contraen el gusto adquirido por el café con leche en las mañanas antes de partir hacia la escuela y en cada reunión de trabajo a todas las instancias y niveles la reunión no comienza hasta que la secretaria deposita la cafetera para degustar el café en pequeñas tazas.

Lo mismo sucede con los distintos restaurantes y negocios para consumir alimentos que encontramos al recorrer la Isla, muy difícil encontrarse uno donde falte este elíxir mágico, pues después de una buena comida, el cafecito cortejando al postre es infaltable, son dependientes el uno del otro.

Difícil es encontrarse un supermercado en cualquier país que no contenga café cubano dentro de sus ofertas, así que si el sueño lo intenta atar a la cama en las mañanas despiértese con alegría y fuerza al degustar una tacita de café cubano.

Para disfrutar totalmente de la experiencia visite Cuba junto a sus amigos y degusten juntos el sabor inolvidable del café cubano o por el contario comparta este post con ellos en las redes sociales para que lo acompañen con su tacita de café cubano donde quiera que se encuentren.

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